Auge del juego y regulación

El juego online y las apuestas están viviendo actualmente una era dorada. Las cifras de consumo en este sentido se están incrementando cada año pasando a convertirse este en uno de los medios de ocio más destacados en numerosos países.

Este crecimiento tiene un elemento muy positivo relacionado con la movilización de bienes capitales y el incentivo del consumo que siempre mueve la economía. Sin embargo, la falta de una regulación específica en lo referente a la publicidad empezaba a generar algunas alarmas que están comenzando a calmarse con diversas medidas en distintos países.

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Así, podemos comprobar cómo se están tomando las riendas de la situación en Europa en este sentido para conseguir que la publicidad del juego sea más honesta, más limitada y mucho más sesgada.

¿Para qué se limita la publicidad?

Aunque se trate de una actividad de ocio que puede suponer momentos de diversión acompañados a veces de una bienvenida entrada de dinero, lo cierto es que se trata de un pasatiempo que puede llegar a ser peligroso para ciertos grupos sociales como los menores o las personas con adicciones.

En este sentido se puede acudir a los datos ofrecidos por la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados para comprobar cómo el número de menores que juegan de manera habitual crece cada año. Estamos ante unas cifras especialmente alarmantes cuando tenemos en cuenta que se trata de una actividad totalmente prohibida a personas menores de 18 años.
Sin embargo, el laxo control por parte de las autoridades hace que sea muy sencillo para los más jóvenes acceder a casas de apuestas físicas y online.

¿Qué lleva a los jóvenes a jugar?

Está claro que las razones no se pueden establecer de una forma generalizada como únicas y válidas para todos los casos. No obstante, sí que existe una serie de factores que favorecen el aumento del interés por parte de los jóvenes ante este tipo de ocio.
Por un lado se encuentra el deseo de ganar dinero de forma rápida y sencilla. La falsa idea de que el juego les traerá grandes sumas sin necesidad de esfuerzo es uno de los elementos que más empujan a los menores a apostar y, con ello, a caer en muchos casos en la ludopatía.

La imitación de referentes de su entorno es un potente aliciente para los jugadores de menor edad ya que ven a amigos y familiares y pretenden hacer lo mismo añadiendo la falta de control propia de su edad.

La publicidad engañosa que vende el juego como algo inocuo y cargado de beneficios sin riesgo es fundamental en este sentido y es, en parte, un elemento que se relaciona de forma directa e indirecta con los mencionados anteriormente. Así, la falsa imagen de la naturaleza del juego se ve potenciada por la presencia de famosos e ídolos de los menores dando su palabra y prestando su imagen. Estos famosos lanzan así el cebo a miles de jóvenes que desean ser como ellos.